Un planeador submarino (glider) Slocum G2 ha hallado un remolino de agua del Mediterráneo (Meddie) de una dimensión aproximada a la isla de Gran Canaria en aguas próximas a las costas occidentales de las islas de Lanzarote y Fuerteventura, cuando realizaba la última misión estacional del año en aguas situadas entre la Estación de Series Temporales Oceánicas (ESTOC), a 60 millas al norte de Gran Canaria, y las islas de Lanzarote y Fuerteventura.
Las dificultades derivadas de la pandemia han puesto de manifiesto y reiterado de manera significativa el valor añadido en eficiencia y sostenibilidad, entre otros, que supone el uso de soluciones tecnológicas de última generación en robótica marina destinadas a la monitorización oceánica, siendo el Observatorio Integrado de PLOCAN y la ESTOC un claro ejemplo de ello a lo largo de la presente anualidad, cuya actividad ha concluido de forma satisfactoria con la misión estacional glider ESTOC2020_3.
Esta última misión de carácter periódico, ha transcurrido de forma ininterrumpida durante quince días y navegado algo más de doscientas millas náuticas con un planeador submarino (glider) Slocum G2, realizando inmersiones cada tres horas a mil metros de profundidad, lo que ha permitido recabar cerca de un millón de datos de cada uno de los cinco parámetros biogeoquímicos del agua de mar observados (temperatura, conductividad, oxígeno disuelto, clorofila y turbidez) todo ello en consonancia con los actuales programas estándares y metodologías internacionales referentes a la observación del medio oceánico.
Como aspecto destacado de esta última misión, ha resultado el muy inusual hallazgo de un remolino de agua mediterránea.
Un remolino de agua mediterránea es una estructura submarina de forma lenticular que fluye girando sobre sí misma, con el sentido de las agujas del reloj y a profundidades de entre 800 metros y 1500 metros en las aguas del Océano Atlántico Norte. A estas estructuras se les conoce oceanográficamente con el nombre de “Meddies” por su terminología inglesa (“Med”- Mediterránea and “Eddy”- remolino). El nombre fue otorgado por dos oceanógrafos, McDowell y Rossby, en 1978.
Estos científicos descubrieron un remolino subsuperficial en la isla de La Española en el oeste del Océano Atlántico Norte a unos 6000 km de su zona de origen en el Golfo de Cádiz, suroeste de la Península Ibérica. Desde entonces, estas estructuras han sido foco de numerosas investigaciones debido a ser una de las más destacadas características de la hidrografía subsuperficial del Atlántico Norte. Estos remolinos están formados por agua mediterránea que fluye hacia el Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar.
La temperatura y salinidad de los “Meddies” son mayores que aquellas de las aguas de su entorno, su forma es lenticular con diámetros habitualmente de 40- 150 km y velocidades de traslación típicas de 2 cm/s. En los perfiles verticales de la columna de agua aparecen asociadas a máximos de temperatura y salinidad. Presentan trayectorias diversas, dirigiéndose principalmente al oeste y suroeste desde el Cabo San Vicente, aunque también existen trayectorias hacia noroeste y sur.
Al año se estima que se generan alrededor de 17 Meddies y algunos estudios han calculado la vida de estas estructuras para alcanzar los 5 años. Sin embargo y debido a los obstáculos que encuentran en sus trayectorias, principalmente los montes submarinos contra los que colisionan y produce su rotura, se estima un promedio de 1,7 años de vida.
El Meddy observado en esta misión probablemente ha seguido la trayectoria menos habitual, la dirección sur, alcanzando el archipiélago canario frente a las costas de Lanzarote en el canal que forman dicha isla junto a Fuerteventura y Gran Canaria.
La llegada del Meddy al este de las Islas Canarias hace de este suceso un hecho singular frente a los censos de los Meddies registrados en la bibliografía científica. Este pequeño trozo de Mare Nostrum ha alcanzado el Atlántico canario evitando probables colisiones con los grandes montes submarinos existentes al norte de la isla de Lanzarote. Solo queda por saber si será capaz de sobrepasar el archipiélago o por el contrario, el contacto con las islas erosionará su estructura hasta integrarla totalmente con las aguas del Atlántico.