/// Perfiles

Aldina Morais Gomes

“El proyecto de PLOCAN me enamoró desde el principio”

Aldina Morais Gomes se unió a PLOCAN hace casi quince años, cuando el proyecto aún estaba en sus inicios. Durante este tiempo ha participado en su crecimiento y evolución. Sólo unos días después de su jubilación en este mes de enero, recuerda con añoranza los duros, pero gratificantes comienzos de la iniciativa y su evolución, consolidación y expansión actual.

Nacida en Cabo Verde, su trayectoria vital es un mosaico de experiencias internacionales. Vivió en Senegal, Mauritania, Francia y, finalmente, Gran Canaria. Ese periplo, unido a una formación políglota cultivada en el seno familiar, la dotó de valiosas herramientas lingüísticas, convertidas en piedra angular de su carrera profesional. 

Sus compañeros destacan su profesionalidad y su humanidad. “La sonrisa” o “la madre de PLOCAN” son algunas de las denominaciones con las que la identifican. Cálida, amable, cercana, acogedora, todos coinciden en señalar que estas características, junto a su resolución y su capacidad de trabajo, propiciaban buen ambiente dentro de la organización y contribuían a enriquecer las relaciones externas y la comunicación de PLOCAN.

¿Cómo describirías tu experiencia profesional en PLOCAN teniendo en cuenta que has trabajado aquí durante cerca de quince años y casi desde los inicios de la organización?

Al principio estábamos en una sala sólo Joaquín Hernández (actual director de PLOCAN) y yo y poco a poco fueron ubicando a toda la administración en el mismo espacio. Eso ayudó muchísimo a conocer a la gente, saber en lo que trabajaba cada uno, ayudarse unos a otros. Maravilloso. Fue una época muy buena. Había un grupo muy unido y hacíamos muchas cosas. Además, trabajábamos muy cómodos. Nos ayudábamos. Yo ayudaba mucho con los idiomas, sobre todo con el inglés. Hubo mucho apoyo y todos hacíamos un poco de todo. En ese momento yo era secretaria de Joaquín. Del grupo nódulo que empezó seguimos unos cuantitos aquí y sabemos lo que nos costó en su momento. Echábamos muchas horas juntos.

Durante tu trayectoria profesional en PLOCAN asumiste distintas funciones (secretaria de dirección, relaciones institucionales, registro, …). ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste en los distintos puestos que desarrollaste aquí?

¿Te lo digo de verdad? (ríe). Primero conocer a Joaquín, saber cómo trabajar con él, sentarnos y decir: ¿cómo puedo trabajar bien contigo? Afortunadamente, lo hicimos y yo creo que lo logramos y le tengo mucho cariño, eso para empezar. Luego están los grandes retos: adaptarse a los nuevos puestos y cómo se empezaron a dibujar y separar los departamentos. Eso fue un desafío personal a nivel emocional, psicológico. Y, por supuesto, adaptarse a que la organización estaba creciendo mucho, que había múltiples proyectos y eventos.

¿Podrías compartir algún momento o proyecto que consideres un hito en tu carrera en la PLOCAN?

Hay muchos, la verdad, pero destacaría la organización del evento del Cuerpo Consular de Las Palmas con Josefina Lousteau (tecnóloga del Área Socio-Económica). Fue una idea de Joaquín. Costó lo suyo, pero se logró y fue entrañable. Ver a los cónsules en PLOCAN y que conocieran el proyecto, que es precioso, fue especial.


“Ver a los cónsules (del Cuerpo Consular de Las Palmas) en PLOCAN y que conocieran el proyecto, que es precioso, fue especial”


Hablas portugués, criollo, español, inglés, francés, coreano y hasta sueco. ¿Cómo crees que tu habilidad como políglota ha influido en tu trabajo y en las relaciones institucionales de la organización?

Decir dos o tres cositas en el idioma de quienes vienen de fuera siempre te acerca a ellos. Hablar algo de coreano, por ejemplo, cuando venía alguien de ese país te abría directamente las puertas con esa persona.

¿Cuál es el momento más complicado que has vivido profesionalmente en esta organización y cuál el mejor?

Cuando Joaquín se fue a Portugal con el proyecto AIR Center. Él era el gerente de PLOCAN y yo su secretaria. Él se fue para uno o dos años y me encontré que no tenía jefe. Poco más o menos, me quedaba en el aire, y cambiaba totalmente mi trabajo aquí, me causó muchísimo problema, al punto de pensar en irme. 

Me pasaron a Registro y pensé que aquello no suponía ningún reto profesional para mí. Pero tengo un apoyo emocional muy grande en casa: mis hijas, mi marido y la familia entera. Así que saqué el lado positivo de ello porque al final, estar en Registro supone estar en contacto con absolutamente todas las personas de la organización, más los proveedores, las visitas, … eres la primera persona que ve todo el mundo cuando llega a PLOCAN y eso favoreció el conocer a muchísima más gente todavía. 

Al final creo que conseguí darle la vuelta y ha sido para mí muy positivo porque me ha abierto muchas puertas para repartir y recibir más cariño todavía. Y, en cualquier caso, tengo que decir que a mí el proyecto de PLOCAN me enamoró desde el principio. Buscar el mejor momento, difícil ya que hay muchos y todos relacionados con los compañeros, los cumpleaños en el comedor, y tantos momentos divertidos, el apoyo, los abrazos…, no terminaría de contar.

Conoces PLOCAN casi desde sus inicios ¿Cómo ha evolucionado desde que comenzaste a trabajar aquí hasta ahora?

Como he dicho, tal y como me dibujaron PLOCAN en su momento, me ilusionó mucho. Luego, cuando fui conociendo personalmente el proyecto, me seguí ilusionando. No obstante, creo que un departamento de Recursos Humanos habría dibujado otra evolución de PLOCAN. 


Morais destaca que lo que comenzó como un pequeño equipo unido y colaborativo ha crecido y se ha diversificado en estos años, enfrentando nuevos desafíos y oportunidades


¿Cuál dirías que ha sido el momento o situación más compleja de PLOCAN, a lo largo de su historia, y cuál su mejor momento?

Probablemente, el más difícil ha sido el cambio de director. 

¿Qué valor dirías que define a PLOCAN?

Al margen de lo que es el proyecto a nivel técnico y todo lo demás, la gente. Toda la gente. Es que le preguntas a una persona que es de gente, de familia, de grupos, de abrazos (ríe). Yo no puedo destacar otra cosa porque si no es por la gente, por su personal, que hay en PLOCAN, no existe PLOCAN.


El valor de PLOCAN, al margen del proyecto técnico y todo lo demás, es su gente


¿Qué aspectos de tu trabajo disfrutaste más en estos años?

Además de los compañeros de la organización, trabajar con Joaquín y también con el anterior director de PLOCAN me brindó la posibilidad de conocer a gente muy diversa, de distintos países, empresas, instituciones y llegar a tener un trato profesional fluido que favorecía una colaboración plena.

¿Qué consejo le darías a alguien que esté comenzando una carrera profesional en una organización como PLOCAN?

Tomárselo con calma. PLOCAN es, como todas las empresas, un micro mundo muy especial porque, entre otras cosas, hay muchos grupos y trabajan de diferentes formas, pero se tienen que poner de acuerdo porque los procedimientos son los que son. Conocer primero a todas las personas, sus cualidades y peculiaridades y con eso, nadar y guardar la ropa, simplemente. No hay más.

Eres una de las personas más querida de la organización. ¿Cuál es el secreto para generar tanto cariño? ¿Tiene que ver con la morabeza caboverdiana?

No diría tanto, pero puede ser (ríe). Creo que tiene que ser la educación que he tenido en mi casa. Mis padres nos dejaron clarito que no le hiciéramos a nadie lo que no queríamos que nos hicieran. Y eso está en mi carácter también. Pero para mí no es algo especial porque en mi casa siempre fue lo normal. Creo que es la base que he tenido en mi casa y olé y olé a mis padres porque criar a diez hijos no es fácil.

Tras tu jubilación, ¿cuáles son tus planes y expectativas para esta nueva etapa de tu vida? Creo que tienes pendiente un viaje.

(Ríe) Yo soy de lágrima dura, pero cuando me dieron el regalo de jubilación (una contribución para hacer un viaje) me emocioné muchísimo, no me lo esperaba y vuelvo a dar las gracias a todos y cada uno de los que estuvieron y se implicaron en mi despedida y me dieron mucho cariño. Y, efectivamente, estoy organizando un viaje.

Me han dicho que eres amante de la buena música ¿Qué melodía pondrías a tu recorrido profesional por PLOCAN?

Brothers in arms, de Dire Straits. Me encanta esa canción. PLOCAN ha sido el último tramo de mi carrera profesional, por lo tanto, creo que la cogí con mucho cariño y la dejé, igualmente, con mucho cariño, no me puedo quejar. Algunas cositas mejorables, sí, pero oye, eso pasa en todas partes.

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