Hernández Brito, se precisa mucho conocimiento de los oceános

El director de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) José Joaquín Hernández Brito, afirmó que se precisan muchos datos, mucho conocimiento sobre el océano, que sirvan para generar resultados tangibles en la gestión y en una nueva relación responsable con el medio.

Con una ponencia titulada “La ciencia que necesitamos para el océano que queremos”, lema de la década de los océanos, Hernández Brito, participó en la segunda sesión de las Jornadas sobre el Mar y la Economía Azul, un encuentro digital organizado por la empresa pública Proexca junto al Clúster Marítimo de Canarias, el Centro Tecnológico de Ciencias Marinas y PLOCAN en el marco del proyecto europeo SmartBlue_F.

En su exposición destacó los principales datos que precisa la ciencia, e indicó que es necesario mapear los océanos, pues solo se conoce el 5% del medio, y explicó que hay que conocer el océano en tres dimensiones, sus bosques, sus desiertos, su estructura vertical, donde cada día tienen lugar migraciones espectaculares de organismos siguiendo los ciclos de la luz.

El director de PLOCAN planteó que estos datos han de ser integrados y compartidos, usados para generar un conocimiento que permita resultados para disponer de un océano sano, productivo, predecible, resiliente que se pueda ofrecer a las próximas generaciones en mejores condiciones, creando al mismo tiempo empleo y valor social y económico

Detalló que hay que conocer sus recursos, especialmente el patrimonio natural, sus recursos renovables, los procesos que los controlan y afectan; su biodiversidad, el estado de salud del medio y su evolución; y este conocimiento es necesario en todo el planeta y de forma rápida, antes de que sea tarde.

El director de PLOCAN explicó que para obtener este conocimiento hay que medir con alta resolución tal cantidad de variables en el 71% del planeta en una profundidad que de media tiene 4Km.

Además, dijo que es prioritario que las personas adquieran conciencia de supervivencia cómo especie, entender que la supervivencia futura implica asegurar que el planeta seguirá operativo para producir alimentos y energía a las siguientes generaciones, y tomar conciencia de que el océano es el soporte vital del mundo, que es finito y vulnerable, y que la acción humana lo está cambiando hasta extremos donde ya no será capaz de mantener unas condiciones favorables para la vida de nuestra especie.

En este sentido, advirtió que medir y monitorizar el océano a un coste razonable, de forma inteligente, usando la actividad en el medio para medir, ya sea transporte, pesca, marítimo, acuicultura, instalación de infraestructura o recursos renovables. Las tecnologías, ya sean sensórica, comunicación o robótica, permiten que los buques registren datos del medio de forma continuada a lo largo de sus rutas, de igual forma los sistemas eólicos instalados en el mar o las instalaciones de acuicultura serán también observatorios inteligentes, que pueden registrar los flujos de CO2 o las variables esenciales que se definan como críticas para medir globalmente.

Esta monitorización, prosiguió, ha de hacerse con datos y metadatos de las medidas, interoperables para que puedan compartirse fácilmente, y requiere políticas públicas nuevas, que recompensen la colaboración público privada, de forma que los datos medidos por las empresas se puedan compartir para formar parte del patrimonio global en beneficio de todos.


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